Investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM advierten sobre los peligros de la exposición a las cenizas del volcán Popocatépetl. Liderado por Benedetto Schiavo, el estudio revela que ciertos metales pesados presentes en estas cenizas —como arsénico, cadmio, cromo, cobre, manganeso, níquel y plomo— pueden ingresar al organismo y afectar la salud.
Aunque la ceniza es bioinsoluble y presenta baja bioaccesibilidad, su inhalación o ingestión vía agua y alimentos contaminados puede provocar que algunas partículas queden atrapadas en los pulmones. “Cuando el cuerpo no reconoce estas partículas, intenta eliminarlas mediante estrés oxidativo, lo que a largo plazo puede causar inflamación crónica o aguda en el sistema respiratorio u otros órganos”, explicó Schiavo durante el podcast Geofísica al descubierto, transmitido vía Spotify.
El equipo simula en laboratorio los alveolos humanos para determinar qué partículas finas (menores a 2.5 micras) y ultrafinas (menos de 100 nanómetros) pueden penetrar y ser absorbidas por el organismo. La investigación, publicada en la revista Environmental Geochemistry and Health, utilizó técnicas de difracción de rayos X y microscopio electrónico de barrido para analizar la concentración y bioaccesibilidad de metaloides tóxicos en cinco muestras de ceniza del Popocatépetl.
Schiavo resaltó la importancia del monitoreo volcánico: el Popocatépetl, junto con el volcán de Colima y el Chichón, son vigilados constantemente mediante redes sísmicas y de observación de emisiones de gases, explosiones y ceniza. Los datos obtenidos se comparten con el Centro Nacional de Protección Civil para emitir alertas tempranas y proteger a la población.
El estudio también contó con la participación de especialistas del Instituto de Geología, del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada y de la Universidad de Sonora, consolidando un esfuerzo multidisciplinario que busca comprender mejor los riesgos y mantener informada a la ciudadanía.
Recomendación clave: evitar la exposición directa a la ceniza, cubrir nariz y boca durante caídas volcánicas y atender todas las indicaciones de Protección Civil.